"El Bosu". Ya he comentado en multitud de ocasiones los beneficios del entrenamiento funcional a través de ejercicios propiosceptivos. Cuanto más se parezca nuestro entrenamiento a las necesidades reales de competición, mejor podremos rendir en la misma. Pero no sólo se trata de rendir de una forma óptima sino también de prevenir lesiones.
El Bosu, nos permite recrear esas situaciones o incluso acentuarlas. Como comentamos en este anterior post, el Bosu, como superficie inestable, nos puede otorgar muchos beneficios, pero para los corredores hay un par de puntos que son principalmente importantes:
- Evitar lesiones
- Nos ayuda a hacer un buen trabajo de reeducación postural y así cuidar mejor nuestra espalda.
Los corredores, a parte de las posibles sobrecargas por entrenar demasiado volumen o entrenar demasiada intensidad, tienden a sufrir de pequeños esguinces y torceduras. Estos pequeños (a veces no tan pequeños) contratiempos, pueden ser debidos a una mala zapatilla, al terreno por el cual corremos, por nuestra falta de atención… Sobretodo, los runners que acostumbran a correr por montaña y por superficies irregulares sabrán de lo que les hablo. No es raro, tener un pequeño tropezón o simplemente por no estar atentos o estar ya muy fatigados ir arrastrando los pies y así sufrir algún pequeño percance.
Y no menos importante es el punto de la reeducación postural. No sólo para nuestra espalda, sino para en general, todo el cuerpo, sobre todo las articulaciones de las piernas. Con el paso de los kms, nuestra postura cambia, nuestra técnica varia. Durante un entrenamiento vamos a hacer miles de zancadas y lo más normal es que en alguna tengamos algún percance aunque sea leve y ni lo notemos.
Un buen trabajo con el Bosu, nos permitirá que cuando nuestro pie pise mal o simplemente nos tropecemos, rápidamente tome conciencia de cuál es la posición óptima para volver a ella y evitar que el percance vaya a más. Y esto, también nos puede ayudar en nuestro día a día, por ejemplo cuando bajamos unas simples escaleras. ¿Quién no ha sufrido nunca un pequeño tropiezo bajando las escaleras? ... pero en las dos o tres siguientes zancadas, el cuerpo se restablece y continúas normalmente. Y eso es posible gracias al trabajo del entrenamiento funcional y en este caso también de propiocepción. Cuanto más y mejor eduquemos a nuestro cuerpo de cuál es la mejor postura, de cómo pisar, como correr…, más agilidad podemos demostrar en este tipo de situaciones.
Con el Bosu, podemos recrear (y sobretodo exagerar), lo que nos ocurre cuando corremos. Gracias a la superficie inestable del Bosu, las articulaciones tienen que trabajar constantemente para no perder el equilibrio. Y este trabajo es el que nos va a permitir, que cuando entrenemos y nos desequilibremos, por culpa de una mala pisada, o por lo que sea, nuestro cuerpo vuelva a su posición óptima para así no lesionarnos.
Por regla general, siempre es mejor realizar estos ejercicios no estando fatigados. O sea, los podemos hacer un día que no corramos o bien un día justo antes de correr. Pero a mi entender, sería una buena idea hacer algunos estando ya fatigados. Así obligamos a reaccionar al cuerpo en una situación de fatiga (estrés). Eso sí, en este último caso, haríamos muy pocos minutos y procurando que los ejercicios no sean de mucha dificultad.
Juan A. Moreno
Entrenador nacional atletismo