La reducción en el rendimiento a medida que transcurre una competición de cualquier deporte calificado de resistencia de larga duración (maratón, esquí de fondo, ciclismo en ruta, natación de larga distancia, triatlón o piragüismo), viene a estar determinada por la fatiga, y esta puede tener su origen y estar influenciada por muy diversas causas:
Oxidación
Parte de la fatiga viene dada por los daños que producen las llamadas Especies Reactivas de Oxígeno (o "ROS", Reactive Oxygen Species), entre los cuales destacan el ión superóxido (O2-), el peróxido de hidrogeno o agua oxigenada (H2O2) y los radicales hidroxilo (OH-).
Estudios en fibras aisladas, han demostrado que existe una gran relación entre los ROS y la fatiga. Estas reacciones modifican las estructuras de proteínas, DNA, RNA y lípidos (pudiendo, entre otras cosas, alterar así estructuras de las membranas celulares). Es importante para el cuerpo tener antioxidantes naturales (tenemos múltiples enzimas encargadas de proteger al cuerpo de la oxidación) y por algo siempre nos aconsejan la ingesta de zumo de naranja entre otros.
La Unión Ciclista Internacional (UCI), se vio obligada a tomar una medida concreta para atajar las más de 20 muertes de ciclistas vinculadas al consumo de EPO. A los ciclistas que superen el 50% en el valor de hematocrito en los controles de sangre previos a una carrera no se les permitiría tomar la salida.
El dopaje con eritropoyetina venía siendo un rumor insistente en el mundo de la medicina deportiva. En el ciclismo aparece como el deporte más afectado, pero también se extiende a otros, como el esquí, el piragüismo, el atletismo. En octubre de 1996 en Italia apareció un informe llamado “el informe Donati” – en el que se acusó al 80 por ciento de los ciclistas profesionales de doparse con eritropoyetina -.