Cuando un deportista busca sus límites en una competición entran en juego muchos factores: Entrenamiento, clima, orografía, sensaciones, el estado de forma de los rivales, etc. Muchos se escapan a nuestro dominio; ¿Quién puede evitar que el día que busca su marca de maratón le salga un día de perros?, pero otros factores - quizá los más importantes-, tenemos plena capacidad de control.
Factores como una correcta hidratación o la suplementación con antioxidantes pueden ser determinantes en el rendimiento, pero… ¿Es lo único que podemos hacer? Evidentemente la respuesta es "no". Para optimizar el rendimiento sigue habiendo numerosos factores que podemos pulir, de ahí que en este artículo vayamos a comentar uno que le pasa desapercibido a un porcentaje importante de deportistas.
Las ayudas ergogénicas.
Entendemos como ayudas ergogénicas aquellas sustancias o métodos de carácter legal que provocan un incremento significativo en el rendimiento. Hay muchas sustancias a las que se les cuelga el adjetivo de “ergogénica” sin serlo, ya que en realidad muy pocas han demostrado científicamente su eficacia, - entre las pocas que realmente funcionan, destacarían el bicarbonato, la creatina así como la cafeína y sus derivados -.
CAFEÍNA Y SUS DERIVADOS
La cafeína- o como diría un químico orgánico, la3,7-dihidro-1,3,7-trimetil-1H-purina-2,6-diona-es un compuesto químico del tipo alcaloide, concretamente perteneciente al grupo de las xantinas.
Hasta hace no mucho tiempo, era considerada una sustancia dopante y estaba incluida en la lista de productos prohibidos - a partir de cierta cantidad -. Sin embargo, por su carácter social y su amplia distribución, ha cambiado su estatus legal y hoy día es una sustancia permitida y legal en cualquier dosis. A pesar de todo, se sigue controlando su consumo.
Entre sus derivados habría que nombrar a lateofilinay lateobromina, que junto con la cafeína - y otros componentes como polifenoles - forman parte de extractos estimulantes de algunas plantas como la guaranina (extracto del Guaraná), la teína (del Té) o la mateína (del Mate). Estos derivados, con estructura química similar, sin embargo tienen efectos de menor intensidad a igual dosis.
La función natural de estos alcaloides es de tipo defensivo. En principio, las plantas que los producen tienen como objetivo acabar con los insectos que atacan y consumen sus frutos, hojas o semillas, así que se podría decir que son “pesticidas naturales”. Sin embargo, es obvio que su efecto en humanos está lejos de ser igual que en los insectos. Para nosotros, funciona como un estimulante metabólico y del sistema nervioso central. Se usa de forma habitual para reducir la fatiga física y conseguir un estado de vigilia y alerta.
¿Cómo se comporta en nuestro organismo?
Lo primero, como es lógico, una vez consumida, bien provenga de un café, una Coca-Cola o un Red Bull, es absorbida por el estómago y el intestino delgado durante aproximadamente los 45 minutos posteriores a la ingestión. Una vez absorbida, es distribuida entre todos los tejidos del cuerpo y poco a poco, nuestro organismo empieza con su eliminación vía hepática. El tiempo que tardamos en eliminarla varía mucho de unas personas a otras en función de factores como la edad, el sexo etc. pero más o menos se acepta que la vida media (tiempo que tardaría su concentración en reducirse a la mitad) en adultos es de unas 6-7 horas de media (más tiempo si se trata de mujeres, especialmente embarazadas). Durante su “reciclaje”, que en nuestro caso lo hace el sistema enzimático Citocromo P450 oxidasa, se producen algunos de los metabolitos que he citado anteriormente (que después serán a su vez procesados y eliminados por la orina), los cuales tienen su efecto particular en el organismo.
En muy baja cantidad, parte de la cafeína pasa a Teofilina,cuyo efecto es básicamente la de relajar el músculo liso de las vías respiratorias (y por ello antiguamente se usaba para tratar el asma. Hoy día en desuso por el auge de los corticosteroides). Además tiene un efecto cronotrópico e inotrópico, por lo que incrementa la frecuencia cardíaca y su eficiencia (además de reducir levemente la resistencia vascular periférica).
Otro de los metabolitos resultantes es el de la Teobromina, de efecto vasodilatador (incrementa el volumen sanguíneo y se mejora el riego a los tejidos) y con efecto diurético (Quién se haya suplementado alguna vez con cafeína lo habrá comprobado… se incrementa el volumen de orina). Y por último, y en mayor cantidad, se produce también Paraxantina,con un efecto muy interesante… ya que favorece la lipolisis y el incremento de ácidos grasos y glicerol en la sangre.
En principio, los efectos de la cafeína y sus derivados parecen adecuados para mejorar el rendimiento físico, mejora de la ventilación por efecto relajante del músculo liso de la teofilina, efecto vasodilatador (y por consiguiente, mejora de la oxigenación de tejidos) de la teobromina, efecto lipolítico de la paraxantina.
MODO DE ACCIÓN
El efecto de incremento de la alerta y la vigilia de la cafeína, viene dado por su naturaleza de antagonista de los receptores de adenosina en el cerebro. Debido a su estructura química, la cafeína cruza sin problemas la barrera hematoencefálica y lo que hace es unirse a los receptores de la adenosina en las células. Estructuralmente es similar a la adenosina, por lo que se une a esos receptores “ocupando su sitio” pero sin activarlos… es lo que en bioquímica se conoce como antagonista no selectivo, actuando como un inhibidor competitivo. De alguna manera, a más cantidad de cafeína, más receptores ocuparán y por tanto menos adenosina se podrá unir.
La adenosina se cree que es un neuroprotector, ya que suprime la actividad neuronal e incrementa el flujo sanguíneo al cerebro. Al competir por sus lugares de unión, lo que consigue la cafeína es reducir el flujo cerebral además de tener un efecto deshinbitorio sobre las neuronas. ¿Cómo afecta eso a la vigilia? Pues no se sabe muy bien. Realmente la adenosina funciona como un neurotransmisor, y se cree que está implicada en los ciclos de sueño-vigilia. Su acumulación tendría efecto inhibitorio sobre las neuronas promotoras de la vigilia y efecto activador sobre las neuronas promotoras del sueño. Así, si no se acumula porque la cafeína está quitándole el sitio, esos ciclos cambian y nuestra inducción al cansancio mental queda paralizada. La cafeína tendría otros efectos en nuestro cuerpo, ya que además reduce la inflamación (otro limitante en los ejercicios de larga duración), inhibe el “Factor de Necrosis Tumoral-alfa” (TNF-α), es un inhibidor competitivo de la fosfodiesterasa. Éste último efecto es muy interesante también para los deportistas, ya que al inhibir la fosfodiesterasa, se consigue incrementar la concentración de AMPc en las células (El AMPc participa en la activación de distintas enzimas que intervienen en la síntesis de glucosa) y además, en cierto modo, su efecto va a permitir prolongar en las células los efectos de la adrenalina e indirectamente va a incrementar la frecuencia cardíaca.
Otro efecto que produce es la activación de la bomba de protones, lo que al final de la cadena se puede traducir en incremento de la secreción de jugos gástricos, y eso significa posible acidez.
¿Qué efecto produce sobre el rendimiento?
Su efecto sobre los diferentes deportes está acreditado y demostrado en la literatura científica desde hace años. Dosis de 9 mg/kg suponen un incremento significativo en el tiempo de ejercicio hasta la extenuación a una intensidad del 85% del VO2máx en corredores de élite y lo mismo para ciclistas a intensidades más bajas. Las dosis ergogénicas, se aceptan que se mueven entre los 3 y los 9 mg/kg, ya que otros autores han encontrado incrementos en el tiempo hasta la extenuación en diferentes deportes de resistencia (ciclismo, esquí de fondo, remo, natación, atletismo…) a intensidades de en torno al 80% del VO2máx (más o menos el ritmo de carrera de maratón).
Se ha comparado también el efecto de distintas dosis (5, 9 y 13 mg/kg) con un placebo, y se han encontrado mejoras significativas en el rendimiento respecto al placebo, aunque no parece haber un mayor incremento del mismo a dosis más altas (Es decir, una vez alcanzada la dosis ergogénica, todo lo que se pase de eso está de más).
Otros estudios han encontrado ligeros incrementos en la concentración de lactato en ejercicios de larga duración en deportistas suplementados con cafeína (Aunque bueno, los resultados son controvertidos, porque otros estudios no han encontrado diferencias en la concentración de lactato entre atletas suplementados con cafeína y los suplementados con placebo), y otros han encontrado además un incremento en la fuerza muscular.
No es difícil alcanzar las dosis ergogénicas. Un café tiene más de 100 mg de cafeína (dependiendo si es de máquina, de cafetera de casa, etc.), un Red Bull tiene 80 mg e incluso existen cápsulas de cafeína de 200 y 300 mg.
Jordan Santos Concejero; Licenciado en Biología;Universidad del País Vasco
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