La mayoría de los deportistas huyen de las grasas por considerarlas totalmente negativas para su organismo y porque piensan que su ingestión les convertirá en una enorme bola de grasa. Sin embargo, a medida que se van obteniendo más conocimientos en nutrición se llega a la conclusión de que las cosas no son tan terribles como parecen. Además, hay que tener siempre presente que toda dieta equilibrada debe contener un aporte mínimo del 10 al 12% de las calorías procedentes de las grasas y también hay ciertas grasas que sobre el posible valor alimenticio tienen un claro rango de suplementos dietéticos de suma importancia.